El primer paso es realizar una investigación exhaustiva sobre la institución, su identidad, valores, objetivos y público objetivo. Es importante comprender la esencia de la institución y su propósito para reflejarlo en el diseño web.

Es fundamental mantener reuniones con el cliente para obtener información adicional y clarificar sus expectativas, requisitos y objetivos específicos en relación con el diseño web. Esto incluye discutir aspectos como el estilo visual, la estructura de contenido, las funcionalidades deseadas y los mensajes clave a transmitir.

Con la información recopilada, se puede elaborar un plan de diseño que defina los elementos visuales, la paleta de colores, la tipografía y la disposición general del sitio web. Este plan debe estar alineado con la identidad institucional y los objetivos específicos del cliente.

Basándose en el plan de diseño, se pueden crear maquetas visuales y prototipos que representen cómo se verá el sitio web. Se pueden utilizar herramientas de diseño gráfico y diseño web para crear una interfaz atractiva y coherente con la identidad institucional.

Una vez que el diseño visual ha sido aprobado, se procede al desarrollo y programación del sitio web. Se utilizan WordPress, Elementor, JetEngine, entre otros, para traducir el diseño visual en la página web.

Se incorpora el contenido proporcionado por el cliente, como textos, imágenes, videos y otros elementos relevantes. El contenido se organiza de manera estructurada y coherente, teniendo en cuenta los objetivos de comunicación y la usabilidad del sitio web.

Se realizan pruebas del sitio web para asegurarse de que funcione correctamente en diferentes dispositivos y navegadores. También se realizan ajustes y mejoras según sea necesario para optimizar la experiencia del usuario.